La vigorexia es un trastorno que al igual que la anorexia, se presenta como consecuencia de una imagen corporal distorsionada, al igual de lo que sucede cuando se padece de anorexia, pero a la inversa.
Una persona que se ve siempre con falta de tonicidad y musculatura, lo cual la lleva a realizar ejercicio físico de manera obsesiva compulsiva, padece de este trastorno.
Las personas que padecen vigorexia suelen ser jóvenes de entre 18 a 25 años. Aunque es más frecuente en los hombres, en los últimos años se ha visto un aumento de casos entre las mujeres.
Hay dos tipos de vigorexia:
1. La que afecta a personas que tienen alteraciones importantes en su imagen corporal y que cada vez quieren estar mas marcadas y fuertes.
2. La que afecta a personas que se sienten bien haciendo ejercicio, pero se someten a entrenamientos fuertes diariamente y se sienten culpables si un día no lo llevan a cabo.
El perfil de una persona que presenta este trastorno incluye:
• Obsesión por un cuerpo musculoso, pero al extremo, ya que aunque lo haya conseguido, su visión es tan distorsionada, que frente al espejo se sigue viendo débil.
• Distorsión de la imagen corporal
• Baja autoestima, inmadurez y suele ser introvertida
• Entrenamiento con dedicación compulsiva y casi exclusiva, dejando de lado otros asuntos y eventos de orden social, laboral y cultural (aislamiento social).
• Adicción a la báscula
El estar saludable y en forma es importante, pero el problema de vigorexia comienza cuando este objetivo se convierte en una obsesión para obtener un físico perfecto. Se llegan a utilizar recursos que a corto plazo son eficaces, pero a medio o largo plazo suelen ocasionar graves problemas de salud.
Algunos de estos recursos es el consumo de hormonas y anabolizantes y la práctica de ejercicio compulsiva. Además las personas que padecen este trastorno tienden a seguir dietas bajas en calorías, desequilibradas y altas en proteínas, lo que suele ocasionar daño renal a largo plazo.
El consumo de hormonas y anabolizantes para aumentar la masa muscular, pueden ocasionar serios problemas de salud, como por ejemplo: impotencia, acné, aumento de glándulas mamarias, caída del cabello, cambios de humor, agresividad, problemas cardíacos, esterilidad, amenorrea (pérdida del periodo menstrual), problemas de hígado, disfunción eréctil, cáncer de próstata, entre otras.
No cabe duda que los factores socioculturales, como el culto al cuero y el estereotipo de belleza, son decisivos en el desarrollo de este tipo de trastorno emocional y de alimentación. Pero también hay ciertas alteraciones bioquímicas en los neurotransmisores a nivel cerebral relacionados con este tipo de patologías.
Fundamentalmente el tratamiento debe ser del tipo psicológico, ya que se debe intentar modificar la conducta de la persona afectada, su autoestima y su pánico a un posible fracaso. Pero del mismo modo, el tratamiento debe de incluir apoyo médico y nutricional.
|