Estudios realizados en diabetes han demostrado que el consumir ciertos tipo de frutas oleaginosas como, nueces, avellanas, almendras, nueces de la india, nueces de castaña, nuez de macadamia, pistaches, y piñones, ayudan a combatir dicha enfermedad.
Un estudio reporto que los pistaches mejoraron los marcadores de niveles de glucosa en sangre y marcadores de inflamación en personas con alto riesgo a desarrollar diabetes; mientras que otro estudio concluyo que las frutas oleaginosas de distintos tipos contribuyen a mejorar los niveles glucémicos en pacientes ya diagnosticados con diabetes tipo 2.
En el nuevo estudio publicado en la revista “Diabetes care” analizaron los efectos del consumo de 60 gramos de pistaches al día en un grupo de adultos prediabéticos. Esta condición caracterizada por niveles de azúcar en el limite antes de considerarse como diabetes, progreso en un 15 a 30% de los sujetos en el transcurso de 5 años. A la mitad de los sujetos estudiados se les receto consumir 60 gramos (2 puños pequeños) de pistaches al día, mientras que a la otra mitad se le receto consumo de aceite de oliva. Después de cuatro meses los participantes que consumieron los pistaches obtuvieron una reducción significativa en los niveles de glucosa y de insulina en sangre, al igual que en marcadores de inflamación y también tuvieron una reducción en los niveles de colesterol malo (LDL). Ninguno de los dos grupos obtuvo una diferencia significativa en su peso corporal.
Aun cuando se utilizaron pistaches para este estudio, los investigadores especularon que otros tipos de nueces pueden producir los mismos beneficios.
Otro estudio demostró que el consumo de 60 gramos almendras, avellanas, nueces de la india y nuez de castaña al día, reducen significativamente los niveles de glucosa en ayuno y de hemoglobina glucosilada o HbA1c (marcador que promedia los niveles de glucosa en sangre de los últimos 2 a 3 meses). Al mismo tiempo se observo que también hay mejoría en los niveles de insulina y en indicadores de resistencia a la insulina.
En conclusión, se observo una vez mas que el consumo de estos alimentos puede ayudar a controlar y mejorar varias enfermedades. Sin embargo es muy importante considerar que son alimentos de alto valor calórico, por lo que hay que sustituirlo por otros alimentos y consumirlos con moderación para evitar aumentar las calorías totales en la dieta.
Fuente (Tufts University Enero 2015)
|