La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra de forma natural en la leche y otros productos lácteos. El cuerpo necesita una enzima llamada lactasa para poder digerirla.
La lactasa es producida por las células que recubren el interior del intestino delgado. Normalmente al consumir lácteos, la lactasa rompe la molécula de lactosa en 2 azucares simples: en glucosa y galactosa; las cuales son absorbidas fácilmente por el intestino y entran al torrente sanguíneo para ser utilizado como alimento por las células. Cuando nuestro cuerpo no produce la suficiente lactasa, los lácteos llegan al colon sin haber sido procesados, ocasionando los síntomas típicos de la intolerancia a la lactosa como : gases, inflamación y diarrea.
En caso de los bebés nacidos antes de tiempo (prematuros) suelen tener esta intolerancia. Los niños nacidos a término con frecuencia no muestran signos del problema antes de los tres años de edad.
Es poco frecuente que la intolerancia a la lactosa sea peligrosa y es muy común en los adultos. Esta intolerancia tiene una fuerte relación con la etnicidad y geografía; esta se afecta aproximadamente el 95% de los asiáticos, 50% a 80% de los hispanos, casi el 100% de los nativos americanos y de 60% a 80% de los afroamericanos. La intolerancia a la lactosa sólo afecta a aproximadamente el 2% de las personas de ascendencia del norte de Europa.
Los signos y síntomas normalmente aparecen en 30 minutos y 2 horas de haber ingerido los lácteos y estos incluyen:
• Diarrea
• Nausea, y en ocasiones, vómito
• Dolores y cólicos abdominales
• Inflamación del abdomen
• Producción de gases
El reducir la ingesta de productos lácteos casi siempre alivia los síntomas. Es importante mirar las etiquetas de información nutrimental de los alimentos para buscar fuentes ocultas de lactosa en productos no lácteos y evitarlos.
La mayoría de las personas con niveles bajos de lactasa pueden tomar hasta media taza (125ml o 2-4 onzas) de leche una vez al día sin tener síntomas. Porciones mayores (más de 1 taza u 8 onzas) pueden causar problemas para las personas con esta deficiencia.
Los productos lácteos que pueden ser más fáciles de digerir abarcan:
• La mantequilla de leche y los quesos, ya que contienen menos lactosa que la leche.
• Los productos lácteos fermentados, como el yogurt.
• La leche de cabra.
• Helado y quesos curados o duros
• Leche y productos lácteos deslactosados.
• Leche de vaca tratada con lactasa para niños mayores y adultos
• Fórmulas de soya para bebés menores de dos años
• Leche de soya o arroz para niños pequeños
También se pueden agregar enzimas de lactasa a la leche normal o se puede tomar en cápsulas o en tabletas masticables. Igualmente, hay varios productos lácteos deslactosados.
Por lo general, los síntomas desaparecen cuando se elimina de la dieta todo producto que contenga lactosa. En niños bebes que padecen de esta afectación pueden tener problemas de crecimiento si no se les hace un cambio en su alimentación.
Consulte a su medico si:
• Un bebé o menor de 3 años presenta síntomas de intolerancia a la lactosa.
• Su hijo está creciendo lentamente o no está aumentando de peso.
• Usted o su hijo tiene síntomas de intolerancia a la lactosa
• Los síntomas empeoran o no mejoran evitando productos lácteos.
• Desarrolla nuevos síntomas.
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