En algunos casos, el sobrepeso no tiene nada que ver con la alimentación y la actividad física. Para muchas personas, especialmente mujeres, las hormonas son las culpables de este problema. Se ha hablado mucho sobre la relación entre la tiroides y sus hormonas con el sobrepeso, al igual que desbalances de insulina y sobrepeso. Pero hay otras hormonas que tienen igual o mayor relación con el peso. A continuación te platicamos un poquito de ellas.
La leptina es la hormona que nos avisa que estamos satisfechos. En situaciones normales, ésta es secretada por las células de grasa y viaja a través de la sangre hasta el cerebro, donde envía la señal que estamos satisfechos. Pero la función de la leptina puede verse comprometida por nuestro consumo de un tipo de azúcar llamado fructosa. La fructosa la encontramos de forma natural en las frutas y en cantidades muy elevadas en los alimentos procesados. Si la consumimos con moderación (la dosis recomendada de 5 frutas al día) no tenemos problema; pero cuando consumimos una gran cantidad de alimentos procesados con azúcar añadida, nuestro hígado no puede procesarla y utilizarla rápidamente como combustible. Cuando esto sucede, el cuerpo comienza a convertir la fructosa en grasa, enviándola al torrente sanguíneo como triglicéridos y depositándolos en el hígado y en el abdomen. Mientras más azúcar es convertida en grasa, los niveles de leptina incrementan (ya que la grasa producen leptina). Cuando tenemos cualquier hormona elevada en nuestro sistema, el cuerpo se hace resistente a su función. En el caso de la leptina, el cerebro no recibe el mensaje de que estamos satisfechos y continuamos comiendo, ocasionando que subamos de peso y creando un círculo vicioso.
El cortisol o el mejor conocido como la hormona del estrés, pueden ocasionar también un problema de sobrepeso. Cuando los niveles de cortisol se elevan, promueve la transformación de glucosa (azúcar en la sangre) a grasa que va directamente a almacenarse en nuestro cuerpo. Este proceso era benéfico para nuestros antepasados en épocas de mucho estrés por carencia de alimentos . Algo que en nuestra clase social no pasa con frecuencia. Obviamente el reducir el estrés puede ayudar a controlar a esta hormona almacenadora de grasa, pero hay otra fuente muy común del problema; el consumo diario de café y todos los productos con cafeína (refrescos, te negro, etc.), los cuales eleva dramáticamente los niveles de cortisol, ocasionando que el cuerpo se convierta en un almacén de grasa.
Por último, el estrógeno; es el responsable de hacer a las mujeres mujeres. También es la hormona que mas esta relacionada con el sobrepeso. Cuando el estrógeno se encuentra en concentraciones normales, ayuda a las mujeres a mantenerse delgadas al controlar la producción de insulina, hormona que maneja la glucosa. Esto es lo que sucede:
Cuando comemos, nuestros niveles de glucosa se elevan; La insulina los disminuye al llevar a la glucosa a 3 partes de nuestro cuerpo.
1) Una cantidad pequeña al hígado.
2) Una gran cantidad a los músculos para ser utilizada como energía.
3) Una cantidad mínima al tejido grasoso para ser almacenada como grasa.
Cuando estamos saludables, el páncreas secreta la cantidad exacta de insulina para mantener en orden los niveles de glucosa. Pero cuando los niveles de estrógeno se elevan, las células que producen insulina se agotan y podemos desarrollar resistencia a la insulina. Esto es cuando la insulina comienza a movilizar menos glucosa al hígado y a los músculos, elevando los niveles de azúcar en la sangre y acumulándola como grasa.
Los niveles de estrógeno se pueden elevar al consumir mucha carne y poca fibra. La fibra nos ayuda a tener una buena digestión, el exceso de estrógenos lo eliminamos por las heces fecales; por lo tanto el consumir menos fibra incrementa los niveles de estrógenos en la sangre.
Al mismo tiempo, la carne roja contiene un tipo de grasa que a su vez tiene un gran contenido de estrógenos. Hoy en día es muy común que al ganado le inyecten esteroides, antibióticos y que consuman varias toxinas a través de su alimentación. A la hora de consumir su carne, también consumimos esos esteroides, antibióticos y toxinas, que mas tarde son incorporadas a nuestro organismo. Éstos se pueden comportar como estrógenos incrementando nuestra sobrecarga de ésta hormona.
Lo que podemos hacer para procurar tener una balance saludable de éstas hormonas en nuestro cuerpo es:
• Aumentar el consumo de fibra (verduras preferentemente crudas y frutas – no mas de 5 porciones al día)
• Aumentar el consumo de agua simple para ayudar a mover la fibra consumida y promover una buena digestión.
• Evitar consumir azúcar y alimentos procesados (cualquier alimento que venga empacado.
• Consumir cereales integrales “reales” (Arroz salvaje, arroz integral, quínoa, avena, amaranto, cebada, mijo, trigo negro, linaza y centeno)
• Disminuir o evitar el consumo de cafeína
El llevar una dieta y estilo de vida saludable, siempre mejorara tu estado de salud en general.
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