La gota es un tipo de artritis que puede afectar a cualquiera, siendo los hombres los más predispuestos a presentarla, sin embargo, en las mujeres el riesgo a desarrollarla incrementa después de la menopausia. Se puede presentar por distintos motivos, por ejemplo:
• Mala eliminación de acido úrico – siendo el caso del 80% de los que padecen esta enfermedad
• Factor genético- el 60% de los pacientes cuentan con la predisposición genética.
• Mala alimentación – 12% de los casos.
Otros factores de riesgo son: sobrepeso, acumulación de grasa principalmente en el abdomen, hipertensión, resistencia a la insulina, niveles elevados en sangre de lípidos y consumo de algunos medicamentos (diuréticos, niacina, aspirina, ciclosporin, entre otros). Sea la causa que sea, la dieta juega un papel muy importante en el tratamiento de esta enfermedad.
Esta enfermedad afecta principalmente a las articulaciones óseas, pero también puede afectar distintos órganos y formar cálculos renales. Se presenta cuando hay un exceso de acido úrico en la sangre. Los rangos normales en sangre son: 2.5 a 6mg/dl para mujeres y hasta un máximo de 7.2 mg/dl en hombres
El ácido úrico es una sustancia producida por nuestro organismo al degradar las purinas contenidas en distintos alimentos. Algunos alimentos con muy alto, alto y moderado contenido de purinas son:
La gota se caracteriza por un dolor repentino y severo, enrojecimiento y sensibilidad en las articulaciones. En el 50% de los casos, el síntoma principal es presentar dolor en la base del dedo gordo del pie, junto con una sensación de que el dedo se está quemando. Puede ser tan intenso que hasta el roce de la sabana puede resultar muy doloroso. Esto sucede cuando el acido úrico se cristaliza y se deposita en las articulaciones, tendones y tejidos cercanos. El dolor también se puede presentar en los talones, rodillas, muñecas y dedos y es más severo cuando la temperatura ambiental y corporal disminuyen. Otros síntomas que se pueden presentar son fatiga y calentura.
Recomendaciones alimenticias
• No consumir jugo ni extractos de carne, puedes reemplazarlos por caldos de verduras, hierbas y especies que proporcionan sabor pero son bajos en purinas.
• Sustituir el consumo de carnes rojas por pescado, huevo o lácteos bajos en grasa, ya que también proporcionan proteínas de buena calidad y su contenido en purinas es mucho menor.
• Evitar consumir lentejas, pero en caso de consumirlas, cocinarlas y desechar su caldo de cocción, pues las purinas quedan en el caldo.
• Incrementar el consumo de frutas y verduras frescas, así como cereales integrales (arroz salvaje, quínoa)
• Consume una dieta balanceada.
• Consumir de 2 a 3 litros de agua al día para ayudar a una mejor eliminación de acido úrico a través de la orina.
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