El estrés es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que afectan el equilibrio, provocando el deseo de huir o de alejarse de estas condiciones. Como respuesta fisiológica al estrés, el cuerpo produce algunos cambios, envía señales al cerebro para segregar hormonas (adrenalina), las cuales hacen que el corazón lata más rápido, por lo que aumenta la presión arterial, también provocan que la sangre se desvíe hacia los músculos (para huir del peligro) y que el nivel de insulina aumente para que el cuerpo produzca más energía.
Estas reacciones a corto plazo, no son malas, al contrario son naturales y nos permiten defendernos del peligro, sin embargo, cuando el estrés persiste por periodos prolongados de tiempo, pueden afectar la salud, causando variaciones en el apetito, enfermedades cardiovasculares, migraña, asma, alteraciones nerviosas, colitis, gastritis, alteraciones de la piel, muerte neuronal, pérdida de la memoria a corto plazo, etc.
¿Cuáles son los síntomas del estrés?
• Depresión
• Ansiedad
• Dolor de cabeza
• Insomnio
• Indigestión
• Alteraciones en la piel
• Disfunción sexual
• Aumento de la frecuencia cardíaca
• Diarrea o estreñimiento
• Sudoración o temblores
• Dolor estomacal
• Resequedad en la boca
¿Cómo se relaciona la dieta con el estrés?
Nuestra calidad de vida se va a ver afectada, en gran medida, por la calidad de alimentos que consumimos. Es por eso que el llevar una dieta adecuada, con alimentos ricos en vitaminas y propiedades antioxidantes, es una buena opción para combatir los efectos negativos que el estrés provoca en nuestro cuerpo.
¿Qué debo comer o que debo evitar para mejorar el estrés?
• Toma mucha agua natural, ya que además de hidratarte, te relaja.
• Evita consumir cafeína o alcohol, ya que son dañinos para el sistema nervioso y pueden disparar el estrés. El azúcar blanca, también es un alimento dañino para el sistema nervioso, por lo que se debe evitar, sobre todo en niños.
• Evita consumir sal de mesa en exceso, ya que además de aumentar tu presión, te puede provocar úlceras estomacales y agotamiento físico.
• Evita alimentos irritantes, ya que pueden provocarte malestar y por lo tanto aumentar tu nivel de estrés.
• Aumenta tu consumo de alimentos ricos en vitamina C, como frutas cítricas y verduras de hoja verde, ya que favorece a tu sistema inmune, por lo que ayuda a tu cuerpo a recuperarse más rápido de los efectos del estrés.
• La vitamina E, durante periodos de estrés, ayuda a tu corazón a oxigenar mejor tus músculos y tus nervios. Por esta razón aumenta tu consumo de alimentos que la contengan, como brócoli, espinaca, germen de trigo, soya, almendras y aceites vegetales.
• Aumenta tu consumo de fuentes de vitaminas del complejo B, ya que previenen fatiga, producen y regeneran glóbulos rojos, y aumentan la energía disponible en el cerebro y en los músculos. Los alimentos que contienes estas vitaminas son l germen de trigo, la soya, los cereales integrales, las frutas secas, las semillas y algunos productos de origen animal como el huevo.
• En general aumenta tu consumo de frutas y verduras crudas y con cáscara, ya que de esta forma obtendrás la fibra y las vitaminas que aportan.
Otros consejos:
• Come en un ambiente tranquilo y relajado, procura hacerlo lento y masticar bien tus alimentos.
• Evita realizar reuniones de trabajo durante la hora de la comida.
• Procura dormir bien, ya que esto te ayudará a despertar más relajado.
• Evita consumir tabaco.
• Realiza ejercicio de manera regular, esto te ayudará a llevar un estilo de vida más relajado. El ejercicio es la mejor válvula de escape para el estrés. Realizarlo diariamente o por lo menos 3 veces a la semana, es la mejor manera de controlar y manejar saludablemente el estrés.
• Come solo cuando tengas hambre y procura terminar satisfecho y completamente lleno.
Recuerda que una alimentación correcta y realizar ejercicio regularmente, te ayudan a sentirte bien y a mejorar tú estado general de salud, sin embargo, si tu nivel de estrés es crónico, y en vez de disminuir, aumenta, debes acudir con un médico para recibir tratamiento.
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